Cuando terminó de enseñar al pueblo con estas palabras, Jesús entró en Cafarnaún.
Habia allí un capitán que tenía un sirviente muy enfermo al que quería mucho, y que estaba a punto de morir. Habiendo oído hablar de Jesús, le envió algunos judíos importantes para rogarle que viniera y salvara a su siervo. Llegaron donde Jesús y le rogaron insistentemente, diciendole: "Este hombre se merece que le hagas este favor, pues ama a nuestro pueblo y nos ha construido una sinagoga".
Jesus se puso en camino con ellos. No estaban ya lejos de la casa cuando el capitán envió a unos amigos para que le dijeran: "Señor, no te molestes, pues ¿quien soy yo, para que entres bajo mi techo?" Por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará. yo mismo a pesar de que soy un subalterno, tengo soldados a mis ordenes, y cuando le ordeno a uno: "Vete, va; y si le digo a otro: "Ven, viene; y si digo a mi sirviente: "Haz esto, lo hace."
Al oir estas palabras, Jesús quedó admirado, y volviendose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Les aseguro, que ni siquiera en Israel he hallado una fe tan grande.
Y cuando los enviados regresaron a casa, encontraron al sirviente totalmente restablecido
1 comment:
Hola, ojalá que este sitio sea un punto de encuentro para todos, tanto de la gente de la capilla, como tambien los chicos del santuario, saludos para todos
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